sábado, 12 de febrero de 2011

Testigos de la Resurrección, conferencia del Obispo de Guadix

Vivió este jueves 10 de febrero la Hermandad uno de los actos más intelectuales, formativos y enriquecedores de este Programa del Aniversario; recibía a Su Excelencia Reverendísima e Ilustrísima, Monseñor don Ginés García Beltrán, Obispo de Guadix para hablar de la Resurrección, que no de otra manera y bajo otra óptica había de hacerse en la efemérides. Presentado el prelado accitano por el comisionado para Cultura y Patrimonio del Aniversario, Cecilio Cabello, le bastó menos de una hora para que los asistentes comprobaran su capacidad de oratoria y l.a altura teológica de sus reflexiones, en una disertación cercana y muy poco habitual dentro de la dialéctica sacerdotal. 

Tampoco esperaba la Hermandad la cálida y generosa acogida que se le dispensó a don Ginés: 92 personas acudieron a la Iglesia de San Miguel Arcángel para oír y saber acerca del Misterio Fundamental de nuestra fe. Don Ginés empezó situándonos en la Vigilia Pascual. Quizás una de las cuestiones abordadas que más calado recibieran, fue los datos arrojados por el obispo, sobre la manifestación de españoles que se dicen católicos y los que contestan después acerca de su reparo a creer en la Iglesia. Acertadamente expuso que a Cristo se le conoce por la Iglesia, que nació de Él y con los Apóstoles, de modo que si se cree en Cristo gracias a la Iglesia, negar una comunión con esta es una paradoja en sí. A renglón seguido narraba el pasaje de los Hechos en el que se nos dice que los discípulos, tras la muerte de Cristo, estaban tristes, caminaban lentos y apesadumbrados hacia Emaús. Para don Ginés, aquí se encierra una de las cuestiones más a tener en cuenta. Si creyéramos en un Jesús que no resucitó lo habríamos rebajado a la categoría de ídolo de masas, a una figura importante sin otra trascendencia; fue al "partir el pan" cuando lo descubren y recuperan los discípulos su alegría. Y esto sirve en la disertación para que los oyentes reciban el mensaje que en la Eucaristía se concita el verdadero sentido de la práctica católica. Porque para don Ginés, "no puede uno alimentarse solo una vez al año, como no puede alimentarse espiritualmente tan de tarde en tarde". 

En el título de su conferencia hace hincapié: todos debemos ser testigos de la Resurrección, a pesar de que no es algo fácil pues "se escapa de las posibilidades humanas" y ello convierte el hecho en una cuestión de fe. Pero a la luz de los textos, podemos aseverar que en efecto, el cuerpo de Cristo no se encontró, y sí fueron muchos testimonios los que aseveran su presencia posterior y sus apariciones. Y trae pasajes de San Pablo o de Efesto y San Mateo. E incluso nos dice que "la Resurrección no es un hecho histórico o una circunstancia que se pueda acotar y escribir", al punto que todos los credos que manifestamos en la misa se fundamentan en este... Sin olvidar algo: es ahora cuando Monseñor García Beltrán nos contaba que si aún en este siglo XXI el papel de la mujer está evidentemente (en ciertos países y situaciones socio-culturales) subyugado al del hombre, en la época de Cristo más aún. Y sin embargo, a quien se le aparece por vez primera es a una mujer que además ha estado cuestionada, a María Magdalena. Una temeridad que probablemente no tendría calado, no hubiera sido creíble ni sostenido, explicando que en la sociedad judía del siglo I, el testimonio en cuestiones jurídicas de la mujer no era tenido en cuenta, no procedía. A pesar de ello, Cristo quiere hacerse presente y resucitado a una mujer; ¿hay más pruebas a la luz de los acontecimientos históricos de la realidad de la Resurrección?

Y la última parte la reservó para explicar el concepto de la Resurrección, que jamás podrá entenderse como revivir, la inmortalidad del alma, una recreación psicológica (advirtiendo de la extendida costumbre de decir que "alguien vivirá eternamente en la memoria de los suyos") o afirmar las tesis de la reencarnación, contrarias al respeto cristiano por la individualidad del hombre y por el género humano como creación divina en sí. Al fin, exhortó a los presentes a recuperar la esencia del cristianismo y con dos testimonios (uno poético y el otro, la última carta de un periodista guatemalteco amenazado de muerte por la guerrilla) demostró y animó a todos a que, en efecto, seamos Testigos de las Resurrección, entroncando así con el título de la conferencia, pero igualmente, con el Lema de este Aniversario. 

1 comentario: